Viejo Pascuero, militante IC es uno de los protagonistas del documental sobre el día en que murió Pinochet, que se estrenará próximamente

PRE ESTRENO DOCUMENTAL "LA MUERTE DE PINOCHET"

El día 23 de agosto de 2011, en el cine Hoyts de La Reina se realizó el pre estreno de este documental, en el que participa nuestro compañero Manuel Carrillo, conocido como el "Viejo Pascuero", militante de la Izquierda Cristiana. Asistieron varios invitados, entre ellos los compañeros Sandra Beltrami y Carlos Díaz.

Pantalla cine Hoyts de La Reina

"Viejo Pascuero" saludando al público en el cine 

"Viejo Pascuero" y Sandra Beltrami 











Perut + Osnovikoff es como firman en los créditos de sus películas. Esta rúbrica que parece sacada de un bufete de abogados identifica los apellidos de una de las duplas más destacadas en la escena fílmica nacional, con cinco documentales en su currículum y un estilo fácil de identificar. Son, de cierta forma, una marca más en Chile, aunque en este caso una de connotancias creativas.
Responsables de filmes como Un hombre aparte (2001) o Welcome to New York (2006) , Bettina Perut e Iván Osnovikoff estrenan hoy su nuevo filme, La muerte de Pinochet, en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici). El encuentro se extiende hasta el domingo 17 de abril y en el medio bonaerense Iván Osnovikoff y Bettina Perut son viejos conocidos, con una participación en el 2009 a través de su trabajo Noticias.
Esta última película destacó por el tratamiento frontal que se daba al miserable universo de las postas públicas y las atenciones de urgencias marginales. Aunque es una realidad que se ha reflejado varias en el reportaje periodístico televisivo, los directores pretendieron darle una vuelta de tuerca."A nosotros siempre nos ha interesado más la imagen que el mero discurso o la voz en off. No nos interesa el documental como reportaje, sino que como cine", explica Bettina Perut, co-directora junto a Iván Osnovikoff.
Aunque nuevamente el tratamiento de las imágenes es importante en La muerte de Pinochet, hay también bastantes entrevistas. En el filme se ancla el fallecimiento del ex gobernante a las historias de cuatro protagonistas de los hechos: una vendedora de flores simpatizante del pinochetismo, el presidente de la Fundación 11 de Septiembre, un estacionador de autos alcohólico que se unió a la celebración por su muerte y un ex conscripto que fue opositor a Pinochet. Todos son parte de la realidad, pero en el estilo de Perut y Osnovikoff forman parte de una puesta en escena singular en cada entrevista: el ex conscripto aparece vestido de Viejo Pascuero, el rostro de la vendedora está enmarcado en un círculo de flores cada vez que habla, el estacionador de autor siempre ronda un viejo Chevrolet Corsa y el presidente de la fundación no deja su sillón de cuero. Además, muchas veces lo único que muestra la película son sus labios, sus lenguas o sus manos.
El filme comienza con tomas de partidarios en las inmediaciones del Hospital Militar, días antes de la muerte del ex mandatario. Dos de los fervientes seguidores son Juan González Fernández, presidente de la Fundación 11 de Septiembre, y la florista Otilia Carrillo. Ellos serán sucesivamente entrevistados en el filme, lejos del fragor de las manifestaciones.
González dice con solemnidad que decidió "tomar un taxi, pues comprendí que había que estar cerca del general". Y la señora Carrillo expresa, ya en tono más doméstico: "Estaba haciendo un salpicón, había cocinado una pechuga y vino mi sobrina a decirme que murió mi general".
Los directores buscaron desligar a este par de seguidores de Pinochet del contexto más militante y optaron por registrar su trajín diario. El caso de la mujer tiene contornos dramáticos al contar su ordalía laboral: no tiene dinero para mantener a su hogar ante la súbita revocación del permiso municipal para su puesto de flores en Plaza de Armas.
"No queríamos establecer un juicio histórico sobre el gobierno de Pinochet", explica Perut, para quien el recurso de caricaturizar al pinochetista es demasiado fácil. "Hay un trasfondo humano en cada uno de estos entrevistados", agrega.
Su indagación los llevó a dar con la curiosa historia de Manuel Carrillo, barbudo y grueso manifestante que celebró en la Alameda el fallecimiento de Pinochet. Carrillo, siempre con una bandera socialista a su lado, era conscripto el 11 de septiembre de 1973 y entró a la habitación donde yacía el cadáver de Allende. "Lo vi sentado con el fusil entre las piernas y el tiro que le partió la perilla, el bigote y que luego le abría la cabeza", cuenta con una frialdad apabullante.
Carrillo, un auténtico número fijo en las manifestaciones del 1 de mayo, acostumbra a usar un traje de Viejo Pascuero en cada protesta del centro de Santiago. Para Perut y Osnovikoff sigue siendo más interesante su persona que su perfil político, sobre todo si puede llegar a creerse Santa Claus y decir a la cámara: "Ahora que me visto de Viejito Pascuero sí que soy un peligro para el Estado. Murió Pinochet y nací yo".

Fuente: La Tercera


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http://vimeo.com/27311586